- La iniciativa podría establecer un piso mínimo para subsanar las necesidades básicas y posteriormente convertirse en una política social permanente: Luis Fernández, director ejecutivo de Nosotrxs.
- Dicha propuesta será muy importante para sobrellevar la situación económica y para que los ingresos se distribuyan de manera justa con las poblaciones que más lo necesitan, sostuvieron.
Con la finalidad de escuchar las inquietudes y propuestas de representantes de trabajadores, la academia y la sociedad civil organizada, se llevó a cabo el segundo conversatorio para enriquecer la iniciativa de Ley de Ingreso vital, la cual, de acuerdo con la senadora Patricia Mercado, no solo busca atender la crisis de la actual pandemia ayudando a las personas que perdieron su empleo o a quienes han visto disminuidos sus ingresos, sino ser un apoyo ante cualquier emergencia.
“Con la propuesta de Ingreso Vital de emergencia llamamos al diálogo al Ejecutivo federal. Urge una medida paliativa que ayude a personas que pierden su trabajo o ingresos y a vivir la contingencia con seguridad para después volver a salir a buscar trabajo”, señaló la legisladora.
En uso de la voz, Luis Fernández, director ejecutivo de Nosotrxs, aseguró que es necesario fortalecer a la población trabajadora con todas las medidas económicas posibles y explicó que desde su organización impulsaron iniciativas para apoyar a poblaciones vulnerables. En este sentido, dijo que la iniciativa podría establecer un piso mínimo para subsanar las necesidades básicas y posteriormente convertirse en una política social permanente. “No es una medida barata, pero el costo de no actuar es mucho más alto”, sostuvo.
En tanto, Marcelina Bautista, fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), refirió que, ante los miles de despidos y la reducción del salario de las trabajadoras del hogar, la iniciativa de Ingreso Vital será muy importante para sobrellevar la situación y para que dichos ingresos se distribuyan de manera justa con las poblaciones que lo necesitan. “Ha sido muy triste ver cómo hay compañeras que dicen que están enfermas y no han podido ir al doctor, tienen dinero para la despensa, pero no para atenderse”, explicó.
“Tanto trabajamos, tanto percibimos” aseguró Dione Patiño, directora de una agencia de edecanes. Por lo que desde su punto de vista le parece muy bueno el planteamiento, ya que al igual que las trabajadoras del hogar, maestros de ceremonias, montadores de stands, entre otros, nunca han recibido ayuda por parte del gobierno, no tienen seguro social y ante la contingencia viven de sus ahorros, que nos son muchos, sostuvo.
Asimismo, Tania Espinosa, coordinadora del proyecto Ciudades Focales del WIEGO en la Ciudad de México, empleo informal, señaló que las personas están muy preocupadas no por la enfermedad, sino por la incertidumbre de cómo van a sobrevivir durante los próximos meses, recordó que muchos de los trabajos no asalariados se desarrollan en el espacio público. “La gran mayoría son adultos mayores, básicamente era condenarse a poner en peligro su vida”, dijo.
Fernando Aguirre, trabajador del sector de la construcción, así como Víctor Miguel Pérez, secretario general de la Unión de Aseadores del Calzado de la Ciudad de México, señaló que la ayuda económica sería de gran apoyo para mantener a sus familias porque no tienen trabajo y porque no han recibido nada de los municipios, ni de la federación. A su manifestación de apoyo se sumó Virginia Navarro, creadora de contenido digital, quien explicó que la pandemia ha afectado mucho al sector freelance, ya que el problema se intensifica porque no han encontrado un soporte que les dé estabilidad y no saben hasta cuándo volverán a la vida laboral.
“¿Qué hacemos con los más de 31 millones de personas que no tienen otra opción y tienen que salir a la calle?”, cuestionó durante su intervención María Rosete, diputada federal y dirigente de comerciantes en vía pública, quien además explicó que hay personas que han perdido tres o cuatro miembros de sus familias, mismas que en muchas ocasiones tienen ahorros nulos, por lo que afirmó que indudablemente el sector informal irá en aumento.
Por otro lado, Marcela Azuela, directora de Hogar Justo Hogar, señaló que esta iniciativa es la más comprometida con la ciudadanía, ya que cuida el bolsillo de las personas sin pedirles muchos trámites para obtener el apoyo. El reto, indicó, será cómo hacerlo llegar a quienes más lo necesitan, aquellas personas que se encuentran en zonas rurales.
En ese sentido, Rosario Aparicio, investigadora posdoctoral del Colegio de México, dio su punto de vista desde la perspectiva de los pueblos y las comunidades indígenas, uno de los sectores más desprotegidos. Consideró que uno de los riesgos que debería considerar la propuesta, es que muchas personas pertenecientes a esta población no saben leer, no tienen la documentación básica necesaria para hacer el trámite y no cuentan con herramientas tecnológicas.
Antes de finalizar, Ricardo Zapata, asesor externo del CEPAL, aseguró que la recomendación de la ONU y la CEPAL a los gobiernos es garantizar transferencias monetarias temporales para satisfacer las necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares, tal como lo plantea la Ley de Ingreso Vital, en miras de avanzar hacia un Estado de bienestar. Por último, José María Castanedo, delegado del Consejo Nacional Laboral, sostuvo que hay muchos proyectos detenidos a causa de la contingencia en el ramo de las tecnologías de la información, por lo que el Ingreso Vital sería un estabilizador económico y social.
Cabe recordar que las propuestas de estos dos conversatorios servirán para enriquecer la iniciativa de Ley de Ingreso Vital que se entregará a finales de mayo al Ejecutivo Federal.