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Busca construir un andamiaje legislativo que permita velar por el bienestar del planeta al prohibir el uso de Plaguicidas de Alta Peligrosidad (PAP).
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La iniciativa es un trabajo en conjunto con la Red de Toxicología de Plaguicidas y decenas de apicultores de México.
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Las abejas son parte fundamental del equilibrio ecológico.
La senadora Verónica Delgadillo presentó ante el pleno del Senado de la República una iniciativa, a nombre propio y de la bancada de Movimiento Ciudadano, para reformar la Ley General de Salud, en materia de protección a la salud humana y medio ambiente debido al uso de plaguicidas.
La reforma busca construir un andamiaje legislativo, de un trabajo en conjunto con la Red de Toxicología de Plaguicidas y decenas de apicultores de México, que permita velar por el bienestar del planeta al prohibir el uso de Plaguicidas de Alta Peligrosidad (PAP) en cultivos cercanos a comunidades, ya que atentan contra la vida de los seres humanos y de las abejas.
“Sin abejas no hay vida, es la frase con la que, desde hace prácticamente dos años, hemos luchado desde diferentes trincheras, para hacer visible una catástrofe global, como lo es la desaparición y muerte masiva de las abejas, y el uso de los plaguicidas altamente tóxicos en México que ponen en peligro la vida de las abejas, de nuestro medio ambiente y la nuestra”, explicó.
Refirió que este problema se remonta a 2006, cuando la población de abejas se redujo hasta en un 50% en Estados Unidos, en Europa un 60 % y en México el 30%. La desaparición y muerte masiva de abejas están involucrados, el uso de plaguicidas altamente tóxicos, que ya fueron prohibidos en otros países y que, en México, a pesar de los convenios internacionales, se continúan a la venta sin ningún tipo de regulación.
Recordó que las abejas son parte fundamental del equilibrio ecológico y fueron denominadas como la especie más importante de este planeta. Subrayó que el uso de los PAP pueden durar más de 10 años en el ambiente y están provocando enfermedades letales como Cáncer, Leucemia, Diabetes, Obesidad, Alzheimer y Parkinson, que juntas representan millones y millones de pesos para el sector salud que hoy se encuentra totalmente rebasado, además de los cientos de vidas perdidas a causa de ellas.
“Sin abejas no hay vida, es un llamado a este Senado, a la Cámara de Diputados, a este Gobierno y a todas sus instituciones para que despierten, para que dejen de ser omisos, porque la salud de la gente no es una moneda de cambio, también es una batalla ética, porque es nuestra responsabilidad preservar el medio ambiente. Nos tiene que quedar en claro que lo que está matando a las abejas, está matando al ser humano”, enfatizó.
La senadora por Jalisco señaló que en Movimiento Ciudadano saben que defender a la naturaleza y a las abejas, es defender a la vida misma y en esa defensa, no pueden dar un paso atrás. “Esta propuesta busca preservar al medio ambiente y a las abejas, sí, pero también lo más valioso que tenemos: la vida misma, porque con el uso de plaguicidas tóxicos no hay abejas, y sin abejas no hay polinización, ni plantas, ni animales; sin abejas no hay vida”, concluyó.
A la propuesta se adhirieron diversos senadores de todas las fracciones parlamentarias. La iniciativa fue turnada las comisiones unidas de Salud y de Estudios Legislativos, segunda para su análisis y estudio.
Al presentar la iniciativa a los medios de comunicación, la senadora Verónica Delgadillo, acompañada por la senadora Susana Harp y el senador Emilio Álvarez Icaza así como de miembros de la Red de Toxicología de Plaguicidas, reiteró que después de dos años sigue con su labor con la naturaleza y lo hará desde cualquier trinchera y celebró que los presidentes de las comisiones de Salud y de Medio Ambiente, en el Senado de la República, se hayan sumado a la iniciativa.
Los integrantes de la Red de Toxicología de Plaguicidas expusieron que las PAP son productos diseñados para matar, aunque no de manera inmediata pero sí cuando se utilizan indiscriminadamente cerca de la población. Señalaron que la categoría de los mismos debe inscribirse en la legislación mexicana porque el término plaguicida ya no es suficiente, al estar rebasado por la industria. Por lo anterior, insistieron en que hay una deficiencia importante en las leyes que protegen a los derechos humanos y al medio ambiente.